Se le quitan la cabezas y las tripas a las anchoas y se limpian bien con abundante agua. Se escurren y se les quita la espina, haciendo dos filetes de cada anchoa, se irán depositando en una cazuela.
Una vez fileteadas todas las anchoas, se espolvorea la sal y se vierte el ácido del vinagre o el jugo de 4 limones, dejándolas durante una hora.
A continuación se va hechando agua en la cazuela hasta conseguir que ésta salga limpia y haya eliminado todo vestigio de sangre de las anchoas. Luego se van colocando sobre una servilleta extendida en la mesa y se les cubre con otra, haciendo presión hasta que se sequen completamente.
Seguidamente se van colocando en una legumbrera por capas, una encima de otras, añadiendo sobre cada capa una cucharada de aceite y un poco de ajo y perejil picados, hasta llegar a la última, en que se agregará el aceite hasta que flote, junto con el ajo y perejil, sirviendo a continuación.