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Pimienta

Pimienta

La enredadera que nos da los granos de pimienta no tiene nada que ver, con las plantas de chili y pimiento dulce de las que sacamos los polvos de chili, la Cayena y la paprika, aunque todos estos condimentos agreguen a la comida un sabor picante.
La pimienta molida no tarda en ponerse desabrida y polvorienta, y las marcas inferiores suelen venir adulteradas con productos tales como huesos de dátil pulverizados, así que hay que comprarla en grano; estos deben ser de color regular, aromáticos, libres de polvo y lo bastante duros como para no dejarse aplastar entre los dedos. Nada es más fácil que tener un molinillo de pimienta en la cocina y sobre la mesa, pues el aroma y sabor de la pimienta recién molida, negra o blanca, es muy diferente del gusto y el olor seco del producto que se compra en polvo.
Los diferentes tipos de pimienta varían en el sabor y en el tamaño del grano. Por lo común, reciben el nombre de su lugar de origen; la negra de Malabar, por ejemplo, es una de las mejores pimientas negras. Pimienta negra Se llama así a las bayas secas y arrugadas del pimiento, Piper nigrum. Se recogen antes de que estén maduras y se ponen a secar al sol, proceso en el que se ennegrecen en un par de días. Pimienta blanca Son las bayas maduras, que se hacen secar después de haberlas remojado y frotado para quitarles la piel. La pimienta blanca es ligeramente menos picante y aromática que la negra, y tiene un aroma más seco; es útil cuando se preparan sopas o salsas de color pálido, cuya apariencia quedaría estropeada por manchitas negras.