Pele los langostinos dejando las colas intactas y retire la vena; haga cuatro incisiones en el vientre de cada langostino para que quede derecho, corte el Nori en tiritas y enrolle un trozo en la base de la cola de cada langostino, séllelo con un poco de agua.
Reboce ligeramente los langostinos con harina, excepto el alga y la cola. Mezcle el agua, la harina, sal y las yemas en un recipiente y revuelva. La masa debe ser grumosa.
Caliente el aceite en una sartén, bañe cada langostino en la masa excepto la cola y el alga. Fríalos inmediatamente. Cuando empiecen a dorarse, retírelos y escúrralos sobre papel absorbente. Sírvalos en seguida.