Preparar un almíbar con el agua fría y el azúcar. Disolver el café en agua hirviendo y dejar enfriar.
Colar el almíbar frío y mezclar bien con el café.
Congelar durante 4 horas como mínimo, o hasta que esté compacto. Durante este período, aplastar la mezcla con el tenedor cuantas veces sea posible.