Este un postre que requerirá organización, tiempo y repetición. Bate una taza de crema de leche con dos cucharadas de azúcar y un sobre de gelatina sin sabor (7,5g) hasta que quede bien montada. Mete el tazón al congelador y reserva. Ahora vienen las capas. Empieza por la blanca: calienta 1/3 de taza de crema y fuera del fuego vierte sobre el chocolate blanco, revolviendo, hasta que se derrita. Mezcla una yema de huevo y bate hasta que quede una mezcla homogénea y brillante. Una vez listo, deja enfriar y agrega 1/3 de la crema de leche batida del congelador. En unas copas grandes, vierte la primera capa de mousse (1/3 de la copa) y refrigera. Mientras tanto, sigue el mismo procedimiento para el chocolate de leche. Una vez listo, saca tus copas del refrigerador, y pon la segunda capa de mousse; refrigera. Por último, repita con el chocolate semiamargo. Una vez tengas las tres capas, refrigera al menos dos horas. Sirve con nueces picadas, salsa de chocolate fresas cortadas ó una hoja de menta.
* Es ideal servir esta mousse con algo que contraste con el dulce: un puré de maracuyá, de frambuesas ó crema batida sin azúcar.