Preparar un majado en el mortero con los dientes de ajo, el comino, el orégano, sal y pimienta, el vinagre y la mitad del aceite.
Poner el conejo troceado en un recipiente y cubrir con el preparado anterior. Tapar con film de cocina y dejar macerar en el frigorífico durante unas 8 horas.
Calentar el aceite restante en una sartén y freír el tocino cortado en tiritas, hasta que esté crujiente. Retirar con una espumadera y en la misma grasa, dorar el conejo.
Poner el conejo en una olla junto con el tocino. Añadir el adobo sobrante, el vino y las cebollas. Tapar y cocinar a fuego bajo hasta que la carne esté tierna. Retirar los trozos de conejo y las cebollas y colocarlos en una fuente de servir. Reducir la salsa a fuego alto, verter por encima de la carne y servir con patatas cocidas y aceitunas negras, o al gusto.