Cocine los spaghettis, escúrralos, y extiéndalos en un plato con un poco de aceite de oliva (no mucho, un chorrito) para que no se peguen.
Deje enfriar. Sazone los camarones con sal y pimienta, y saltee en una sartén con aceite de oliva hasta que cambien de color. Saque y deje enfriar. Mezcle la crema agria, el jugo de limón, la ralladura y el cebollín, y agregue a los spaghettis. Ajuste la sal y la pimienta. Por último, mezcle con los camarones y refrigere si no va a consumir inmediatamente.
* La pasta no debe cocinarse con aceite. Es un desperdicio, y el aceite lo único que lograra es que la salsa que le quiere agregar se resbale. Agregue abundante sal al agua (que le sepa a agua de mar) y listo.