Corta el cordero en trozos pequeños y tenlo macerando una noche en vino blanco y sal. Al día siguiente, sácalo y dóralo en una cazuela con aceite. Cuando todos los trozos de cordero estén bien doraditos, añade el jamón, el tomate picado, la almendra fileteada, el vino de la maceración, el pimentón y el resto de las especias. Déjalo cocer a fuego lento 40 minutos y agrégale agua si es necesario para que no quede seco. Antes de servir, le puedes añadir huevo cocido picado.